Esa sensación de enfrentarte a Sentir lo que Sientes Honestamente,
Como cuando estas en un lugar cálido, sales a la calle en pleno invierno y la primera bocanada te corta el mismísimo aliento, te despierta «in situ».
El miedo a sentir lo que siento es abrumador, no tiene sentido lógico, es una puta lokura, ¿como voy a tener miedo a sentir lo que siento si es inevitable sentir lo que siento? …..
Bueno si es evitable si no me relaciono con nadie y me meto bajo el nórdico hasta que pase el invierno…. ah no!!! que igualmente siento lo que es estar conmigo mismo y no le puedo echar la culpa a nadie de lo que me pasa y entonces el infierno de la soledad, la melancolia y me dan ganas de tirar la tolla por miedo a no sentir que tengo ganas de morir para no sentir……
¡¡¡.uffffff que faenon!!!
Y eso es lo que te pide la vida que hagas, por amor a ti y a la experiencia,
¡QUE VIVAS COÑO!
Sentir lo que sea que estés viviendo, ya sea en la mente, en el cuerpo o con toda el alma, no pide mas conocimiento almacenado, no pide que seas bueno o espiritual, disciplinado y obediente, decente o transparente, a la vida le da igual lo que pienses de ella, no se molesta por nuestros limitados juicios sobre lo que creemos vivir.
A la vida no le hace falta tu bendición ni tu sufrimiento para mantenerte vivo, esas son las ideas y conceptos que has aprendido, ya da igual de quien y de donde lo hayas sacado.
ya no hace falta indagar de dónde vengo y hacia dónde voy, eso es un alivio, siéntelo, respíralo……
La verdadera pregunta es ¿quien soy? y ¿quien quiero ser? en frente a cada instante presente, esa será tu respuesta más sabia y honesta por y para ti.
Está bien conocer de dónde vengo si te causa curiosidad, pero no hace falta limpiar, perdonar, trascender o dramatizar nuestra historia por que jamás hemos estado sucios, o hemos sido culpables de lo que hemos sentido viviendo.
Es una sensación liberadora el aceptar que somos vida queriendo ser sentida.